Recaredo alcanza los 100 puntos en Robert Parker Wine Advocate
Recaredo, familia de viticultores y elaboradores de vino espumoso de calidad y una de las doce bodegas integrantes de la marca colectiva Corpinnat, se convierte en la primera bodega de vino espumoso en España en alcanzar los 100 puntos de la prestigiosa publicación Robert Parker Wine Advocate con la Enoteca Turó d’en Mota 2001 de Recaredo. Este Corpinnat, que saldrá al mercado en los próximos meses, se convierte también en el primer vino espumoso de España en conseguir esta puntuación, que hasta ahora solo habían conseguido 9 bodegas de Champagne como son: Salon, Bollinger, Louis Roederer, Krug, Jacques Selosse, Ulysse Collin, Cédric Bouchard, Egly-Ouriet y Philipponnat.
La colección ‘Enoteca Turó d’en Mota de Recaredo’ se presentó en octubre de 2023 en el contexto de la celebración de la vigesimoquinta vendimia del viñedo Turó d’en Mota, una parcela icónica en el panorama vitivinícola catalán. De acuerdo con las reflexiones de Ton Mata, miembro de la tercera generación de la familia, la primera añada del Turó d’en Mota de Recaredo fue ‘el resultado de un inconformismo feroz’ y de la convicción de que los espumosos del Penedés podían aspirar a ser ‘vinos espumosos de primer nivel que elevaran las particularidades del territorio sin complejos’.
La Enoteca Turó d’en Mota 2001 de Recaredo estará disponible próximamente y saldrá al mercado con una crianza en botella de 264 meses (22 años) en una edición limitada a 150 botellas, todas numeradas. Para la familia Recaredo, estas colecciones de enoteca simbolizan la pasión por la artesanía del terruño y revelan la capacidad de preservar una identidad irrenunciable, esculpida a base de exigencia, esfuerzo y pasión paciente.
Luis Gutiérrez, catador oficial de Robert Parker Wine Advocate en España, explica: “La Enoteca Turó d’en Mota 2001, para mí, es el mejor vino espumoso de España. En nariz es complejo y sutil y presenta una gran cantidad de aromas donde se hace presente el contacto prolongado con las lías. Asimismo, presenta unas burbujas muy finas que le aportan textura y frescura y tiene una increíble complejidad y elegancia. Realmente impresionante. ¡Bravo!”.
Turó d’en Mota 2010 de Recaredo consigue los 98 puntos
El Corpinnat Turó d’en Mota de Recaredo 2010, que acaba de salir al mercado, ha sido puntuado por el catador Luis Gutiérrez con 98 puntos, la puntuación más alta hasta el momento en una añada de Turó d’en Mota al margen de las enotecas. Sobre este vino espumoso afirma que ‘después de probar las 25 cosechas del Turó d’en Mota, esta es una de mis favoritas’. Respecto al vino destaca, ‘que es un vino muy equilibrado, sutil y elegante, con unas burbujas muy pequeñas y bien integradas’.
Otras añadas de Turó d’en Mota de Recaredo también han alcanzado puntuaciones excelentes en Robert Parker Wine Advocate, como son la Enoteca Turó d’en Mota 2004 (97-99 puntos); Turó d’en Mota 2008 (97 puntos); la Enoteca Turó d’en Mota 1999 (97 puntos) o el Turó d’en Mota 2009 (96 puntos).
Recaredo celebra 100 años de historia en el mundo del vino espumoso de calidad
En 1924, Josep Mata Capellades, fundador de Recaredo, se inicia en el apasionante universo de los vinos espumosos de calidad como aprendiz de removedor y “degollador” de botellas en Sant Sadurní d’Anoia, la villa que lo vio nacer. Deja atrás la tradición familiar de la alfarería, que se producía donde actualmente se encuentran las cavas de Recaredo, y se adentra en una aventura vital que ha seducido a tres generaciones de la familia hasta el día de hoy. Este es el inicio de una historia de emprendimiento apasionante, forjada a base de esfuerzo y de un gran carisma que lo llevarán a convertirse en un referente en el sector de la incipiente industria de los espumosos.
Junto a sus hijos, Josep y Antoni Mata Casanovas, consolidan la proyección de Recaredo a partir de los años 60 como sinónimo de rigor, calidad y, sobre todo, pasión por la excelencia. Plantearon ideas atrevidas para la época, como la exploración de las largas crianzas en botella, y, fruto del respeto y admiración por los vinos de terruño, dirigieron el rumbo de la bodega hacia la elaboración de espumosos capaces de hablar de parcelas únicas y fincas singulares. A partir de los 90, la tercera generación se fue incorporando progresivamente a la bodega en un enriquecedor proceso en el cual unos aportan experiencia y el “saber hacer” y los otros, las nuevas ideas y el esfuerzo por avanzar y aprender.