El abono de la viña con tracción animal
La práctica de la tracción animal supone la recuperación de un oficio muy antiguo que forma parte de la historia del ser humano y de como éste se ha relacionado con la tierra, las plantas y los animales. En Recaredo apostamos desde hace más de ocho años por la tracción animal a la hora de trabajar los viñedos más viejos de nuestras fincas, origen de vinos tan excepcionales como Turó d’en Mota o Reserva Particular de Recaredo. Una forma de reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro de la agricultura, como también de la sostenibilidad.
La recuperación de la tracción animal en los viñedos de Recaredo tiene como finalidad reducir las emisiones de dióxido de carbono en la atmosfera, así como conseguir una menor compactación de la tierra. A diferencia del tractor y su motor, el animal no emite vibración, hecho que nos permite disponer de suelos mucho más oxigenados y llenos de vida microbiana. Del mismo modo, incorporar el factor animal en un cultivo como la viña enriquece la biodiversidad y fomenta el equilibrio de las redes del ecosistema.
Este invierno, y por tercer año consecutivo, el equipo de viticultura de Recaredo se ha encargado de aplicar el abono en el viñedo con la ayuda de la tracción animal. Desde un remolque – tirado por el caballo y conducido por un arriero – se esparce el estiércol con la ayuda de una pala. De esta forma, se lleva a cabo una distribución del abono mucho más cuidadosa, ya que la proximidad del carro y la persona con la cepa permite ir dispersando el estiércol en función de la necesidad de la planta o del suelo.
Así, la relación que se establece entre la persona, la cepa y el caballo nos permite tener un conocimiento más profundo del estado de la tierra. “Esparcimos el compost casi cepa a cepa. Si vemos que hay sitios donde hace falta aplicar más abono, lo hacemos. Esta forma de trabajar nos permite ser mucho más precisos”, destaca Bernat Torras, encargado de la tracción animal en las viñas de Recaredo.
Compostaje en las viñas de Recaredo
El uso de abono compostado en las viñas se trata de uno de los aspectos más importantes de la viticultura biodinámica en Recaredo. Antes de esparcirlos por la tierra, el estiércol de vaca y de oveja composta durante aproximadamente nueve meses en los márgenes del viñedo; un período en que el estiércol fresco se transforma en compost a partir de su propia materia biodegradable. Como resultado, obtenemos estiércol compostado con una flora microbiológica idónea para aplicar en la tierra. Ésta se alimentará de los minerales y de los nutrientes del compost y nos ayudará a mantener una vida microbiana activa en el ecosistema de la viña.